Competencias internacionales vs competencias nacionales
La participación en competencias internacionales simultáneamente con el torneo nacional puede tener sus pros y contras.
Mi opinión sobre el tema no tiene por finalidad polemizar con mis colegas entrenadores, simplemente quiero exponer algunas de las múltiples circunstancias que intervienen en el rendimiento del deportista cuando éste compite combinando alta frecuencia de juego, largos viajes y estadías en medios cambiantes. Estas son algunas aseveraciones que resultan de este tema:
- Para los jugadores mexicanos es una excelente oportunidad para adquirir experiencia internacional.
- Un mayor número de jugadores del equipo tienen oportunidad de participar. El técnico debe disponer de jugadores suplentes para cubrir las competencias, pues los continuos viajes, algunas veces ocasionan que el jugador pierda condición, las lesiones también pueden impedir que el jugador compita, por lo que es necesario disponer de suplentes para cubrir las competencias dentro o fuera del país; para los jugadores jóvenes, todo esto redunda en mayores posibilidades de debutar o participar.
- La competencia frecuente ha sido la razón del progreso en muchos deportes. El entrenamiento en momentos de alta frecuencia de competencia debe entenderse con fines regenerativos y para mantener el nivel adquirido.
- Es posible que el alto rendimiento requiera una participación de alrededor de 100 hrs. de juego por año (65 a 70 partidos). Es decir, se necesita un tiempo mínimo de juego para estabilizar las destrezas técnicas y tácticas que requiere la competencia de gran nivel. Como en cualquier actividad, una buena planeación puede conducir al éxito (competencia frecuente), pero invariablemente, la mala planeación siempre lleva al fracaso. Un claro ejemplo de esto fue el reciente campeonato del mundo; al cual los jugadores y equipos llegaron fuera de forma, en tanto que, bajo las mismas circunstancias, otros jugadores alcanzaron una gran competencia deportiva.
- Cuando existe una alta frecuencia de competencia, ésta se convierte en la principal forma de entrenamiento.
- Se debe optimizar la aplicación de métodos regenerativos, por ejemplo: baños, masajes, alimentación, vitaminización, etc.
- Se debe observar un seguimiento puntual de vacunas (inmunización).
- El entrenamiento pre y post-competitivo debe contemplar cuáles son las capacidades motoras que más descienden debido a una menor frecuencia de entrenamiento y al desgaste de la competencia y los largos viajes.
- Los jugadores se deben preparar mentalmente y acostumbrarse a que, bajando del avión lo primero que se debe hacer es entrenar, y hacerlo con un volumen e intensidad considerable.
- Los entrenadores debemos aprender a manejar la forma deportiva de los jugadores, que es sensible a los cambios climáticos, a la fatiga producida por largos viajes, cambios de alimentación, largas concentraciones (aspectos emocionales).
- Al tener la oportunidad de jugar en lugares extraños y contra equipos de gran nivel y jerarquía, los jugadores ganan madurez futbolística y humana, lo que les permitirá en el futuro, enfrentar grandes retos con plena noción de sus capacidades.
En pocas palabras, todo esto significa que, al aumentar la frecuencia de competencia, el entrenamiento, es decir, el viejo entrenamiento, seguirá siendo el mismo pero las prioridades serán diferentes.