Popurrí futbolero
En el entrenamiento deportivo, por encima de los adjetivos, existen entrenamientos que dan buenos resultados y otros que no tanto.
1. ¿Cómo son los Teams exitosos?
• El éxito de un equipo no depende de la amistad entre sus miembros, sino del objetivo común que los aglutine y del respeto y colaboración que se presten.
• El éxito de un equipo no depende de un manojo de hermosas promesas declamadas por sus miembros, depende de las acciones que individual y colectivamente realicen sus miembros.
• Un equipo motivado y bien entrenado da que hablar, un equipo bien motivado y mal entrenado habla mucho y rinde poco.
2. ¿Puede existir la libertad en un equipo de fútbol?
La libertad como hecho educativo se refiere a la posibilidad de escoger y a la capacidad para decidir de modo responsable. Sin embargo, en el entrenamiento son pocas las decisiones que parten de los deportistas. Educar para la libertad implica, sobre todo, capacitar al deportista para elegir y decidir. Empero, en el alto rendimiento no siempre el deportista puede participar en la toma de decisiones debido a la premura de las situaciones que se presentan en el entrenamiento y con más frecuencia en la competencia; además, no siempre dispone de la experiencia y conocimientos para opinar sobre el tema. Sin embargo, en el fútbol, en el desarrollo de un partido, el futbolista, a pesar de los planteamientos impuestos por el Técnico, siempre toma decisiones propias, únicas, responsables, ya que ningún Técnico puede anticipar, y enseñar al jugador la forma de solucionar todas las situaciones espontáneas que se producirán en el desarrollo de un partido.
3. ¿Cómo es un jugador técnico?
Para la mayoría de la gente decir que un jugador es técnico significa que tiene buena capacidad de dribbling y en verdad el dribbling es un fundamento técnico importante, pero no es el único, falta todavía saber que pasa con los demás fundamentos que integran los gestos técnicos en el fútbol, por lo tanto debemos saber si cabecea bien a la portería, si fildea bien con la cabeza, si pasa y recibe bien a corta, media y larga distancia, si tira bien a la portería a corta, media y larga distancia, con diferentes tipos de chuteo, a balón parado, en movimiento, a velocidad, si se barre bien de frente, de costado y por detrás, si para bien el balón con el pecho y la cabeza… y, etc. Mi intención no es agotar la lista, sólo trato de decir que para definir a un talento se debe hacer desde un concepto multilateral, es decir, tomando en cuenta los aspectos técnico, táctico, físico y mental, y no escoger a un jugador sólo porque es un “chico dribbladorcito”.
4. ¿Es importante la constitución física del jugador?
La importancia del aspecto constitucional -llámese estatura, peso, proporción de grasa y músculo-, ha sido totalmente negado y desprestigiado por varias generaciones de entrenadores que vendieron la idea romántica que en el fútbol prevalece la dicotomía músculo contra habilidad, atleta grande y torpe contra chiquito e inteligente, jugador técnico contra el picapiedra. Empero, si no mal recuerdo, a la final del último Campeonato del Mundo llegan tres equipos donde la mayoría de sus jugadores son altos, fuertes, con biotipo atlético quizá los brasileros más exquisitos en el regateo y el golpeo, y los alemanes más simples en el regateo, pero muy precisos en el toque y además generosos en el esfuerzo y endiablados en su decisión de ganar.
Obviamente, no estoy excluyendo a los “Owen´s” de la lista de jugadores importantes y necesarios en cualquier fútbol, pero no hay que olvidar que,
Owen es muy rápido.
Owen es muy ágil y con una gran capacidad de salto.
Owen es muy coordinado y posee una gran girabilidad.
Owen tiene una gran movilidad sin balón, y obviamente… sabe que hacer con la pelota cuando “casualmente” le cae al pie.
Sin embargo, si Owen no hubiera tenido cualquiera de las joyas físicas que lo caracterizan sería un chaparrito más que juega bien al fútbol y no uno de los grandes delanteros del fútbol actual.
5. Lo nuevo vs. lo antiguo en el entrenamiento
Mi experiencia me ha enseñado que en el entrenamiento deportivo y, probablemente en la vida, no se puede hablar de viejo y moderno como viejo-malo y moderno-bueno, yo creo simplemente que en el entrenamiento deportivo, por encima de los adjetivos, existen entrenamientos que dan buenos resultados y otros que no tanto.
Es por esto que, a diferencia de algunos colegas que afirman planear y entrenar en forma muy precisa y “científica” especializando e individualizando el entrenamiento, yo simplemente afirmo que siempre me encuentro a la “caza” de nuevos momentos de carga que los jugadores realizan en forma de tareas extras y que le permiten ir ganando minutos por semana y horas de entrenamiento por mes. Para ello organizo circuitos antes y después de los entrenamientos, con una duración de 15 a 20’ en los que participan algunos jugadores en forma obligatoria y otros voluntariamente, doy programas para que realicen en la casa, estimulo al jugador para que concurra a un gimnasio y que realice una actividad deportiva extra. De esta forma es posible sumar, con algunos jugadores, entre 4 y 5 h. de entrena miento físico semanal.
Debo reconocer que a menudo mis propuestas se estrellan contra la ortodoxia libresca… sin embargo, no me ha funcionado tan mal un poco de eclecticismo, otro poco de intuición y algo de ciencia. Con esto quiero significar que debemos ser abiertos, flexibles, innovadores, desprejuiciados e independientes como entrenadores, porque de esta forma educaremos jugadores concientes, es decir, con una clara noción de lo que tienen, de lo mucho que les falta y lo que deben hacer para progresar. Los límites fisiológicos en el fútbol todavía son horizonte, hablar de viejo y moderno cuando la mayoría de los clubes entrenan entre 1 hora y 2:30 hs diarias es absurdo. Necesitaremos todos los artilugios modernos cuando entrenemos 6 a 8 hs diarias, entonces las medidas regenerativas serán tan importantes como la misma carga de entrenamiento, mientras tanto yo sigo sumando minutos.
6. Individualización del entrenamiento. ¿Moda o necesidad?
A menudo escuchamos la palabra individualización del entrenamiento como sinónimo de entrenamiento moderno, preciso, específico y científico. Sin embargo, querría simplemente enumerar algunos aspectos que se deben responderse a la hora de individualizar, que requieren respuestas y que rara vez se tocan en la literatura especializada y se hablan poco o nada. También se me ocurre que en el fútbol no necesariamente el adjetivo científico y el verbo ganar viven un eterno romance porque entonces a los grandes jugadores no abría que buscarlos, como a menudo sucede, en una fabela o una villa miseria, sino quizá en un laboratorio alemán, sueco o italiano donde sesudos científicos responderían de su formación física, técnica y táctica.
A continuación enumeraré algunos puntos que un entrenador debería responder cuando se habla de individualización del entrenamiento:
¿Qué sucede con la forma deportiva cuando se individualiza el entrenamiento?
Se sabe que los deportistas alcanzan su forma deportiva primero respondiendo a un patrón genético y luego al tipo de carga a que se somete al deportista. Así tenemos que las reacciones adaptativas a los entrenamientos con acento sobre la fuerza, velocidad o resistencia tienen diferentes tiempos de culminación. Con esto quiero significar que el organismo reacciona más rápido al entrenamiento de velocidad, luego al de fuerza y finalmente a la resistencia.
Por otra parte, la respuesta es siempre específica, sobre todo en el alto rendimiento, por lo cual no es posible esperar que el entrenamiento de velocidad sirva para desarrollar o mantener los valores de fuerza y resistencia.
En este sentido podríamos preguntarnos:
¿La individualización atenta contra la homogeneidad condicional-técnica y táctica del equipo?
Si el jugador de fútbol responde a las mismas leyes biológicas que el resto de los deportistas, un entrenamiento individualizado daría como resultado una gran irregularidad en la forma deportiva del equipo, situación que, en torneos cortos como los que vivimos, no sería conveniente.
¿Qué importancia tiene para el rendimiento del equipo, sobre todo en países donde se juegan liguillas, que la mayoría del equipo se encuentre en la franja de “alta disponibilidad para el rendimiento” al inicio de la misma?
Esta pareciera una pregunta infantil pero lograr que la mayoría del equipo finalice en buena forma un torneo y mejore su rendimiento en las 3 o 4 semanas de las finales puede ser una ecuación nada fácil de resolver sobre todo si cada jugador posee un entrenamiento con una orientación especial. Que la individualización se realice por déficit (falta fuerza o velocidad) o por el puesto en que juega es finalmente lo mismo ya que un delantero deberá enfocarse al entrenamiento de la velocidad y fuerza explosiva y un medio al entrenamiento de la capacidad anaeróbica lactática.
De esto surgen otras preguntas:
¿Cómo debe transcurrir el entrenamiento técnico táctico que sigue al físico, cuando un jugador entrenó velocidad y otro velocidad resistencia, o viceversa?
¿Qué sucede con la alimentación de LOS deportistas que están sometidos a diferentes cargas y que requieren también diferentes composiciones alimentarias?
¿Se piden acaso diferentes menús en los aviones, restaurantes y hoteles?
¿Qué sucede en un clima muy caluroso si un jugador posee un déficit de resistencia y debe incrementar el trabajo de esta cualidad motora con la consiguiente pérdida de líquido y minerales?
A menudo sucede que el jugador o jugadores con déficit de resistencia generalmente son jugadores pesados con mucha masa muscular que presentan cierta dificultad para tolerar el calor.
¿La individualización del entrenamiento es sólo para el aspecto condicional (piénsese que a la preparación física se le dedica entre el 25 y 35 % del tiempo total de entrenamiento del equipo) o abarca también los aspectos técnicos y tácticos (65 a 75% del tiempo total de entrenamiento) que obviamente, también tienen un alto impacto de carga y que salvo unas pocas actividades pueden ser entrenados en forma individual?
¿Cómo se individualiza la carga en los modernos entrenamientos (entrenamiento integral) que meten en una olla lo físico-técnico y táctico?
¿Cómo se individualiza la carga de velocidad, fuerza y resistencia en un juego de espacio reducido?
Bueno. Estas son sólo algunas de las dudas que me asaltan cuando se toca el tema.
A veces también pienso que la individualización de la preparación física no es más que una forma pomposa de denominar a la preparación física “posible” que realizamos los preparadores físicos en la cual los jugadores realizan la mayoría de las tareas de entrenamiento en conjunto y reciben algunos apoyos o tareas complementarias para su subsanar sus déficits.