El mundial, recientemente celebrado en Rusia, nos ha permitido ver que en el futbol actual no es suficiente tener una buena técnica de golpeo, tomar decisiones rápidas o tener una buena comunicación con los compañeros. Para ser un futbolista competitivo se debe tener también un buen perfil atlético.
La nueva función del entrenador atlético es, por una parte, ayudar al jugador a superar los déficits que de manera personal pueda tener en el ámbito de la fuerza, la resistencia, la velocidad, la coordinación y la estabilidad y, por la otra, colaborar en el desarrollo óptimo de las cualidades motoras requeridas para lograr una participación destacada en el juego de equipo.
El concepto ‘atlético’ apunta, en este contexto, especialmente al ámbito de la elevación de la capacidad de rendimiento específica del deporte, así como a la prevención de lesiones.
El entrenamiento atlético del futbolista se caracteriza por la realización de ejercicios complejos (coordinativamente) y multidimensionales (diferentes planos y articulaciones). Estos exigen fuerza, estabilidad, movilidad y, simultáneamente, involucran al sistema cardiocirculatorio.
El entrenamiento atlético, a diferencia del entrenamiento de ‘fitness’, que tiene fines más bien estéticos, se enfoca en el perfil de carga específica del deporte y en los ejercicios pertinentes.
A continuación, mostraremos algunas conclusiones del congreso científico realizado en el 2013 por la Federación Alemana de Futbol (DFB). En los 12 años anteriores al congreso se documentaron y analizaron 12.000 lesiones que presentaron futbolistas de diferentes categorías. La mayoría de los reportes coinciden en que un entrenamiento atlético sistemático y profesional evita lesiones y es la base de un adecuado rendimiento técnico-táctico.
- Investigaciones realizadas en Alemania, con juveniles y jugadores de la primera y la segunda división, demostraron que un entrenamiento de la fuerza, con una frecuencia de 2 veces semanales, reduce significativamente las lesiones deportivas.
- El mejoramiento de la condición protege al jugador de lesiones, además, mejora significativamente su rendimiento y disminuye considerablemente los tiempos de rehabilitación de lesiones.
- El mejoramiento de la fuerza máxima, la fuerza explosiva de salto y de la velocidad es fundamental en el entrenamiento atlético del futbolista.
- Un entrenamiento pliométrico, además de actuar decisivamente sobre la capacidad de aceleración de los jugadores, posee un efecto positivo en aquéllos que han sufrido ruptura de ligamentos cruzados, tanto en la fase de rehabilitación, como en la fase de habilitación para la competencia.