ORIENTACIÓN DE RITMO DE JUEGO PARA TAREAS DE ENTRENAMIENTO
Carlos Martínez
Dentro de la vasta posibilidad de formas de entrenamiento, una de las más usadas (ni la mejor ni la más actual, ni la que permite las mayores mejoras) es la de “el entrenamiento basado en el juego”.
Desde duelos hasta enfrentamientos colectivos con la posibilidad de modificación de reglas y espacios, bien estructuradas, pueden reproducir las demandas físicas, técnicas y tácticas que presenta la competencia.
Conocer y basarnos en uno de varios parámetros físicos puede ayudarnos a confirmar si la tarea que planteamos realmente cumple con indicador de “intensidad” competitiva. Una de las variables más usadas actualmente es el ritmo de juego (mts./min.), ya que representa la dinámica de un jugador y/o del equipo a lo largo de los 90´ de partido.
Para efectos prácticos, a mayor ritmo, mayor velocidad de desplazamiento y mayor posibilidad de participación en defensa-ataque.
Además del ritmo de juego, también es posible determinar los momentos de máxima exigencia por diferentes ventanas temporales (nosotros usamos 1´,3´,5´y 10´), mejor conocidas como WCS (worst case escenarios). Éstos datos aportan información de gran utilidad a los entrenadores para diseñar tareas que repliquen o superen estos momentos de máxima exigencia de partido, inclusive atendiendo a los requerimientos posicionales.
A continuación se presenta una guía práctica con datos de ritmo de juego de una Selección Femenil Nacional, que le permite a los integrantes del Cuerpo Técnico organizar de manera práctica las diferentes formas de entrenamiento técnico- táctico durante la sesión, así como la posibilidad de comprobar la intensidad realizada de acuerdo a los valores que exige la competencia.
